martes, 10 de junio de 2014

Palabras desde el abismo


Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compacdiscs y abrelatas eléctricos.
Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a intéres fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos.
Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolage y pregúntate quien coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el puto sofa a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima ,en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoistas y hechos polvo que has engendrado para reeemplazarte.
Elige tu futuro. Elige la vida.
Pero, ¿por qué iba a querer hacer algo así?. Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa, y las razones: No hay razones.
     Trainspotting




Prefiero ser un indio a un importante abogado

La vida es elegir y cuando dejas de elegir, y te dejas llevar por la corriente, solo eres otro futuro cadáver más sin nombre. Siempre me llamó la atención la necesidad que tiene la gente de encajar, de vestir igual  que el resto del redil, de escuchar la misma música, de ir a los mismos sitios de moda... en definitiva, de ser parte de un todo social uniforme.

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie
que es nadie la muerte si va en tu montura

Yo no, yo elegí rodar hacia el acantilado y jugar en el borde con los guijarros que se desprenden hacia el abismo mientras salto riéndome de la gravedad esperando que el suelo no se rompa y termine siendo otro guijarro más hecho añicos contra las rocas. Me preguntas si tengo miedo a la muerte, no, ella es la montura de quienes escribimos. Ella y nuestro tiempo vital finito es la que le da sentido a todo. Pero que te voy a decir yo, si te escribo desde el abismo.

Quiero vagar cada noche por una calle 
y descansar cuando me de la gana 
romper el hielo y dormir bajo un puente 
coger el sueño escuchando a la gente 

Es cierto que cuando elegimos elegimos condicionados por un tiempo y un lugar, y en esta vida la perspectiva temporal es la única con derecho a juzgar, pero no te equivoques, las perspectiva temporal está ebria de horas, días y meses y ni siquiera ella posee la verdad absoluta. La única verdad natural es que todo suceso acaecido por una elección tiene un principio y un final. Mantener vivo lo tocado por la muerte es hacer sufrir lo acabado. Nunca elegimos mal, elegimos condicionados, y cuando las condiciones cambian todo cambia. El cambio es la vida, pararse es morir. Pero que te voy a decir yo, si me cuesta tanto decir No.

En mi pueblo sin pretensión 
Tengo mala reputación, 
Haga lo que haga es igual 
Todo lo consideran mal, 
Yo no pienso pues hacer ningún daño 
Queriendo vivir fuera del rebaño

La vida nos empuja a movernos para usar los dones que nos ha otorgado. Una de sus formas de motivar nuestro movimiento es el aburrimiento. Nos aburrimos por todo y tenemos que buscar siempre algo diferente y cada año que pasa es más complicado, pero no entristezcas, es solo la manera que tiene la vida de pedirte que no te olvides que detenerse en un sitio por más tiempo del necesario es perder tiempo que deberías estar creando.

Si te preguntas como salir de los agujeros donde nos solemos meter, no te preocupes, siempre encontramos una salida más tarde o más temprano, tenemos una estrella que nos vigila. Nuestra vida es andar y el camino se hará caminando y durante la caminata te criticarán. Tú me dices que te preocupas del que dirán y yo te digo que esas voces no valen tu tiempo, ni siquiera cuando alagan, que nosotros somos viento y ellos no son nada. Pero que te voy a decir yo, si hago un mundo de una mirada.

Y no hace mucho que rompí tu recuerdo pensando, acabar de 
una vez... Pero el tiempo y la distancia no son todo para mí, 
siempre hay algo que me hace volver... 

Hace años escribí una canción cuyas primeras frases decían originalmente Jugando a la rayuela en el patio de una cárcel sin rejas, echamos a volar, cómo dos gotas de agua atrapadas en el mar de la casualidad. Le llevé la letra al entonces cantante de mi grupo de también entonces. Él, como buen estudiante de filosofía, me dijo que no pensaba cantar eso, que las casualidades no existían, que todo era causal, que en la vida todo pasaba por algo, que cada elección tiene unas consecuencias. Entonces me dí cuenta que nuestros actos son el aleteo de una mariposa provocando un huracán en la otra punta del mundo: llegar tarde a un lugar y conocer a alguien; caminar sin rumbo y descubrir un sitio nuevo o por ejemplo, naufragar en el tiempo y en el espacio y terminar hablando de literatura cuando toda la ciudad arde en una noche de mediocridad.

Te digo que soy inmortal, pero no de vida como quizás pensaras que me refería, soy inmortal porque mis actos perdurarán, como perdurarán los tuyos cuando eches a volar. Ya lo dijo Quevedo Escucho con mis ojos a los muertos refiriéndose a la perdurabilidad de la literatura

Al final cambié la frase de la canción y la dejé en un cómo dos gotas de agua atrapadas en el mar de la causalidad. Pero que te voy a decir yo, si soy el ejemplo de lo que no debe ser ejemplo.

No quisiera un fracaso en el sabio delito 
que es recordar. 
Ni en el inevitable defecto que es 
la nostalgia de cosas pequeñas y tontas

Pero no te confundas, no somos más valientes por ir arrasando con todo. Es cierto que llevamos un infierno dentro que nos hace ser fácilmente irritables y nos provoca este mal carácter, pero entre los humanos somos la especie más cobarde que hay sobre la tierra. Nos ocultamos en canciones, en versos, en textos donde solo nosotros podemos leer entre líneas y después, cuando nuestra presencia es física, callamos esperando que el silencio hable, y habla, y entonces nos escondemos en miradas y embriagamos nuestro cerebro con alcohol a niveles excesivos como esperando sentirnos un poco humanos. Pero no siempre respondemos con actos y esa es nuestra condena. Tanto escribir para luego escondernos. Pero que te voy a decir yo, si me protejo con la distancia que da el papel y mi guitarra.

Nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, nunca digas 
no puedo más y aquí me quedo.

Te escucho decir que estás cansada de vivir y pienso que si te tuviera delante te golpearía con la mano abierta (con la otra me protegería de tu segura fuerte respuesta) y enfadado te diría "Niña, deja de hablar de sueños. Lo que es soñar para otros es la vida para nosotros y cuando a nosotros nos toca soñar solo soñamos con cosas que sucederán en el futuro, pues, como te acabo de decir, nuestra vida es un sueño."

Un sueño que duele sí, un sueño que nos asfixia sí, un sueño insoportable sí, un sueño en el que andamos solos sí pero un sueño en el que todo está al alcance de nuestra mano, solo tienes que creer en ti misma y volar,volar,volar y usar esos malditos dones con los que naciste y que en algunos, no pocos, aspectos son superiores a los míos. Son lo único que nos ayuda a ser puntualmente felices y seguir cada día hacia delante sin detenernos. Pero que te voy a decir yo, si te hablo con la sabiduría que me da el fracaso.

La vida puede ser a ratos maravillosa y a ratos muy puta, pero lo único que es cierto es que es irremediablemente corta.






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